El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es un día que nos recuerda la necesidad de luchar a diario en pro de la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. Una sociedad que quiera avanzar, ha de tener en cuenta a las mujeres; su necesario progreso beneficia a toda la sociedad.

Como cristianas y cristianos socialistas, nos comprometemos con los valores de la dignidad, la libertad, la solidaridad y la fraternidad. Nuestro compromiso nos impulsa a luchar por eliminar las desigualdades presentes en nuestra sociedad, a trabajar por construir una sociedad justa e igualitaria. 

Todas las mujeres del mundo, solo por el mero hecho de serlo, sufren un sinfín de desigualdades que las hacen vulnerables. La construcción de una sociedad en la que mujeres y hombres puedan disfrutar plenamente de sus derechos, siendo totalmente libres, es una tarea de todas y de todos.

Este 8M, queremos poner el foco en las mujeres y niñas que viven en entornos bélicos, en Somalia, Sudán del Sur, Ucrania, en Gaza, y en tantos otros lugares del mundo. Pedimos el fin de las guerras, el fin de genocidio del pueblo palestino, entre el que también se encuentran hermanas en la fe. 

El sufrimiento de las mujeres en las guerras, como en tantas otras situaciones, incluso en situaciones cotidianas, es habitualmente ocultado, silenciado y su papel queda invisibilizado.

Este 8M, queremos poner el foco en las mujeres y niñas que viven en entornos bélicos, en Somalia, Sudán del Sur, Ucrania, en Gaza, y en tantos otros lugares del mundo.

Las mujeres sufren las consecuencias de las guerras de forma atroz; son violadas, sufren abusos de todo tipo, son separadas de sus hijas e hijos, de sus familiares, son torturadas, encarceladas y utilizadas como moneda de cambio. Muchas de ellas se quedan solas porque enviudan, pierden a sus hijas e hijos, y solas tienen que hacer frente a los desafíos y los traumas de la guerra. Y además se encuentran con una dificultad extrema para encontrar trabajo e iniciar una nueva etapa de su vida. Pero de ellas no se habla.

También queremos reconocer la valentía y el coraje de las mujeres que viven en países donde se dictaminan leyes que les privan de todos sus derechos; mujeres que alzan la voz ante la opresión del estado, poniendo en peligro sus propias vidas. 

La pobreza tiene cara de mujer. El 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres,  1 de cada 5 niñas sufre pobreza extrema. Las previsiones apuntan que en 2030, 340 millones de niñas y mujeres vivirán en pobreza extrema.

La igualdad entre mujeres y hombres es una cuestión de derechos humanos.

Las mujeres no serán ciudadanas con plenos derechos si la economía, la educación, la salud, el trabajo, si todos los ámbitos de la sociedad no son atravesados con una mirada feminista. 

Así, las mujeres seguirán sufriendo, en función de múltiples factores, desigualdad, discriminación, pobreza, dificultades en el acceso a la educación y a la formación, obstáculos para conseguir un trabajo digno, salarios y pensiones más bajas, falta de reconocimiento a su talento, falta de atención o una adecuada atención sanitaria, trata, explotación sexual o violencia de género en cualquiera de sus formas.

La pobreza tiene cara de mujer. El 70% de las personas pobres en el mundo son mujeres,  1 de cada 5 niñas sufre pobreza extrema. Las previsiones apuntan que en 2030, 340 millones de niñas y mujeres vivirán en pobreza extrema

Gracias a gobiernos socialistas, nuestro país ha avanzado y ha sido referente por sus acciones dirigidas a la consecución de una sociedad más igualitaria y justa. Pero no podemos bajar la guardia;

Quedan retos y desafíos importantes, como lo es el negacionismo de la violencia machista, que se tienen que abordar con políticas feministas, y de la mano de mujeres y hombres comprometidos con la igualdad

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Animamos a la participación en los actos y las manifestaciones reivindicativas que, con motivo del Día Internacional de la Mujer, se organizan en todos nuestros pueblos y ciudades. 

Desde el Grupo Federal de Cristianos y Cristianas del PSOE, trabajamos en la construcción de una sociedad igualitaria, donde ser mujer no sea penalizado, donde todas y todos seamos igualmente libres. 

“..., la organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro mensaje. Es un hecho que «doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos.” 

Papa Francisco. Encíclica Fratelli Tutti, punto 23.

Madrid 8 de marzo de 2024.