'Mujeres sacerdotes ¿Cuándo?', un libro coral de encuentro y de realidades ¿Puede la Iglesia seguir sofocando al Espíritu?

María José Arana y Adelaide Baracco
María José Arana y Adelaide Baracco

María José Arana y Adelaide Baracco publican 'Mujeres sacerdotes ¿Cuándo? Diálogos en torno al sacerdocio de las mujeres', en Desclée De Brouwer, 2023

Un tejido de 42 testimonios (21 testimonios escrito por mujeres y 21 por varones) nos sitúa frente a la realidad que viven muchas mujeres que sienten la llamada al sacerdocio y cómo su vocación nos interpela como Iglesia de Cristo. Recoge la invitación del Instrumentum laboris del Sínodo en los capítulos 60-64 donde se aborda la cuestión de la participación de la mujer en la vida eclesial

Las autoras recurren a los testimonios no solo para ofrecernos una experiencia sino para hacer teología, dialogar con el magisterio y con las comunidades concretas y plantear interrogantes cuya respuesta no es anecdótica

Un libro coral con diversas perspectivas (testimonial, teológica, bíblica, praxis eclesial, espiritualidad, ética y arte). Un libro que hay que leer si queremos ser honestos con nuestro tiempo y responsables con la misión

La cubierta de este libro es evocadora. Soñemos una iglesia en la que todos, hombres y mujeres, podamos expresar con verdad, alrededor de una misma mesa, cómo vivimos nuestra vida como creyentes. Sin juicios, sin puertas cerradas, desde la verdad, honestidad y la humildad de lo que somos y vivimos. Y que en ese compartir, no solo el pan y el vino, nos demos por entero y podamos tomar conciencia de qué están viviendo muchos hermanos y hermanas nuestras que se sienten desplazados -cuando no claramente marginados- por nuestras opciones, acciones, tradiciones o costumbres. 

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Este encuentro y exposición de realidades es lo que consiguen las autoras en el libro al que hoy nos acercamos. Es una obra distinta que requiere cierto esfuerzo por parte del lector dado que no es un ensayo construido de manera unitaria sino que es un proceso de reflexión coral (sinodal).

El objetivo del libro es cohesionar a las mujeres llamadas al ministerio, abrir nuevos modos de abordar la cuestión de la mujer en la Iglesia, comprometiendo también al sector masculino, e iniciar una reforma en el contexto del Sínodo que está viviendo en este tiempo la Iglesia católica.  

Dos son las partes fundamentales que podrá encontrar quién quiera participar de este diálogo: 

Una primera que podríamos llamar “experiencial” o “teología desde la experiencia” en la que se construye reflexión a partir de los 42 testimonios recogidos con un enfoque más pastoral y pedagógico). En esta primera parte estarían recogidos los apartados: 1. Para empezar; 2. La vocación sacerdotal de las mujeres ¿Es posible la vocación al sacerdocio de las mujeres?;  3. Mujeres con vocación sacerdotal, hoy y 4. Los varones opinan…).

En la segunda parte, no se pierden de vista los testimonios pero se pasa, en mi opinión, a ofrecer una visión más sistematizada (con un estilo más formal y teológico) de la cuestión de mujer-iglesia-vocación al sacerdocio (5. Ser mujer en la Iglesia; 6. La situación de la ordenación de las mujeres en la Iglesia; 7. Evangelio y arte). La obra se completa con el prólogo de la benedictina Philippa Rath (referente de la igualdad de género dentro de la Iglesia en Alemania) y unos anexos que recogen la versión integra de los testimonios de varones y mujeres y un vocabulario con conceptos clave tratados en la reflexión.

La motivación que anima a las autoras aparece claramente explicitada: “Guiadas por este espíritu evolutivo, dinámico, así como en sincera colaboración y amor a la Iglesia, es como nosotras y nosotros queremos realizar esta labor”.

La parte nuclear del libro se desarrolla en los capítulos donde aborda las cuestiones ser mujer en la Iglesia y la situación actual de la ordenación de las mujeres

Por un lado, el papa Juan Pablo II en la Ordenatio Sacerdotalis negó el acceso de la mujer al sacerdocio y cerró el tema a toda discusión. Sin embargo, al leer los testimonios que recoge este libro constatamos que hay varias cuestiones que no están aclaradas o no tienen suficiente justificación teológica: el concepto de vocación sacerdotal referido a la mujer (Pablo VI llegó a afirmar que, en sentido estricto, no podemos hablar de vocación), la comprensión antropo-teológica de la mujer y su relación con las acciones “in persona Christi” (“si la masculinidad es esencial para la función crística, entonces las mujeres están separadas del lazo salvador”), el carisma de liderazgo y cómo influye la negación de estos carismas en la pneumatología y el papel que las mujeres tuvieron en el grupo de los seguidores.

La obra concreta que el gran giro copérnicano de la cuestión se halla en la posibilidad de que la mujer actúe “in persona Christi” superando la “posición de superioridad simbólica y práctica” del varón.

Un acercamiento original a la cuestión se ofrece en el apartado evangelio y arte. Tomando como hilo conductor una serie de obras de arte va recorriendo algunas cuestiones importantes asociadas al papel de la mujer en la Iglesia y su posible vocación al sacerdocio. A través de obras de Vermeer, el Tintoretto, Koder… se acerca a las discípulas de Jesús, a su papel en las comidas del Maestro, a los pasajes donde aparece una mujer ungiendo al propio Jesús, a María Madgalena o a la conexión de la maternidad de María con la cuestión de fondo del libro.

Nos encontramos ante un libro que hay que leer si queremos ser honestos con nuestro tiempo y responsables con la misión y la riqueza que tiene la Iglesia y con el seguimiento de Jesucristo. Sentarnos alrededor de esta mesa de papel y dejar que resuenen estos testimonios de hermanas y hermanas nuestros. Y que sus palabras “trabajen” en nuestro corazón y aprendamos a discernir juntos a la luz del Espíritu.

Espíritu
Espíritu

Algunas citas para abrir el ojo -y el corazón- a la lectura

Reivindicar el sacerdocio de las mujeres no es un acto de rebeldía, ni un ansia de poder, ni de ruptura con la Iglesia, es una consecuencia de amor hacia la gran comunidad de la Iglesia, una expresión del amor de Dios a su Pueblo (Susane Tunc).

Por eso creemos que nuestra memoria passionis es imprescindible en el camino hacia una Iglesia-comunión, porque sin memoria del sufrimiento padecido no hay sanación, ni reconciliación, ni comunión.

Sí, las mujeres que tenemos vocación al sacerdocio somos muy conscientes de que esta es una gracia, una “manifestación de la inconmensurable riqueza de Cristo”. Y que no es para nosotros, sino para la iglesia. 

Ante esto ¿la iglesia puede seguir sofocando al Espíritu, quien actúa hoy igual que lo hizo ayer, haciéndose vocación y carismas en nuestro ser-mujer? ¿Puede la Iglesia eludir su misión salvadora, el mandato recibido de ofrecer a toda persona los medios para realizar plenamente su vocación cristiana, que se concreta también, cuando es el caso, en la vocación al presbiterado?

Libro
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